sábado, 25 de enero de 2014

Confabulaciones

Qué fue de los cafés sin sentido, de las tardes malgastadas mirando al techo de tu piso. Podría describir con exactitud las veces que asentí.

Tanta complicidad hecha añicos.

Con esa prepotencia premeditada al punto exacto te atreves a preguntar; silencio es lo que encuentro cuando intento responderte. Ahora solo queda el recuerdo y un par de besos, tu desgana en el intento delata la obligación del acto, en parte forzado por lo que fue y ahora evitas.

Ya ni te conozco, pero parece que mi alma si te recuerda.

No te pido que te sorprendas, pero por lo menos fíngeme. Hazme creer que realmente cuentas conmigo, como cuentas los segundos uno detrás de otro, como las veces que me dolió y mi mirada aceptaba el reto de intentar pasar por alto lo inevitable.

Llama a mi puerta, preséntate,  quítate la careta. Podría creer hasta el último ápice de conspiración que saliera por tu boca, y ponerme al mundo en contra, como hice siempre.
El tiempo hará de juez, veremos quien se quema antes la indiferencia.


La familia lo es todo.

jueves, 11 de abril de 2013

Carta al nunca jamás


Hoy vuelvo a coger el cuaderno por mi musa, que si por la vida fuera mis escritos habrían abandonado el camino de la fantasía hace ya mucho tiempo. No solo las palabras sintácticas y abstractas sino media cordura, medio corazón, media felicidad. Este es tu regalo, aunque al pronunciarlo en mi mente parece una total ironía. El regalo fuiste tú, y viniste un día de paso por la calle de esta ciudad tan pequeña que sostiene nuestras ilusiones, y que a la vez nos mantiene lejos en espacio y tiempo, horizonte, invierno al fin y al cabo.

Empiezo a darme cuenta de que mis manos se arrugan cansadas de tanta hipocresía, será por eso que la consciencia de los míos es imprescindible en mis pasos. Niego lo nuevo (extraño),

¡no, qué digo!

Juzgo a mis ojos por haber visto demasiado, por contenerse ante la imposibilidad de expresar los sueños y otras sucias desgracias porque nunca había sentido tanto. Permíteme que le escriba esto a un tercer remitente, al nunca jamás que nos une. Al futuro allí a lo lejos habría que hacerle un homenaje por esperarnos tan paciente, con todas nuestras fantasías, síntomas, enfados, desesperanzas y echos que parecen milagros de ser tan esperados como verte y poder abrazarte.
Quitemos que la realidad es fría y apática, que por las mañanas no puedas despertarte a mi lado, que no puedas verme cada día e incluso que el desayuno sepa amargo sin tu mirada. Pongamos un mañana, pongamos sueños, proyectos, ambiciones, metas, caminos, pasión, sentimiento. Pongamos que todo lo malo pasa por momentos, porque si una cosa debemos enseñar a nuestros hijos es que lo único que no podrán parar es el tiempo, la inercia que los arrastrará hacia nuevos intentos.

No es tan infinito el no o el no puedo, vayamos construyendo una realidad cada día más certera, una realidad que nos aproxime y que nos una para siempre. Haremos una lista de los posibles y elegiremos
comernos el mundo. Miraremos al pasado y nos reiremos todo lo que ahora sufrimos, siendo conscientes de lo que ha costado superar tantos inconvenientes, sabiendo que lo hemos conseguido, que el viento no ha logrado esculpir ni siquiera un poco de nuestro amor.

Quitemos el resto, pongamos que te quiero.

martes, 20 de noviembre de 2012

Sobre-vivir


Una risa desatada sale de mi boca, si todo fuera tan fácil amigos míos...
En la vida hay que ser de todo menos poeta, de todo menos abstracto, pero yo soy una excepción poco llamativa, como en otras muchas cosas.
La supervivencia está formada por una serie de términos sin definición exacta que caben dentro de muchas cabezas, de muchas míseras interpretaciones. Cada ser se sostiene de una manera y en la mía no entra sustituir lo que ya tengo, al contrario y bien cierto es que el que llegue en estos momentos a mi vida se encontrará muros, laberintos, paredes y dificultades innecesarias. Quizá experiencias pasadas advierten el peligro de derrumbe o que el tiempo me dará la respuesta organísmica que necesito.
Cualquiera que intente entrar en este mar de dudas encontrará ego, quien sabe si cimientos o polvo, encontrará todo eso en lo que un día me convertí inconscientemente, todo lo que odio del mundo y los seres que dicen habitarlo.

Y no es novedad que dentro de mi cabeza vivan dudas eternas, dudas agudizadas por el miedo, dudas que se extienden desde un extremo a otro de mi cuerpo.
Y no es tan fácil vivir en silencio tendiendo a la reflexión interior prolongada por el máximo esplendor de cordura, no es fácil vivir con uno mismo, escucharse a uno mismo, amarse a uno mismo; de ahí la naturaleza social del hombre junto con la creación de términos como sociedad o colectivo, términos tan llenos de sentido como para provocar una revolución, pero a la vez tan vacíos como para permitir la involución.

Porque ante todo soy persona, aunque mi mente ya haya dicho basta y no se aleje de la hipocresía, mentira y falsedades varias, sino que evite cualquier muestra humana de toda la representación real de conductas permitidas. Porque la desgana aumenta al no ver al semejante (yo que apreciaba hasta la mínima muestra de lucidez innata), porque la vida desgasta, corrompe y aprieta los grilletes de nuestra libertad aprendida.
Porque necesito escribir/escupir esta serie de paranoias existentes en el monologo interior de mi condición puramente humana, por el contrario ¿para qué serviría la quietud del ser aparentemente tranquilo? para crear arte, por supuesto.



jueves, 8 de noviembre de 2012

La gente nunca entiende mi desenfreno


De sobra sabes que soy una de las principales culpables de este suicidio intencionado, pero dejaré el alma en este proyecto aunque la distancia haga de juez,
me jugué dos almas encharcadas. 
Siempre te recuerdo al dormir, al respirar, y cada vez que paso por esa tienda de flores,
que llevo tu sonrisa por bandera a pesar de que el día me ponga mala cara,
y la puta luna  dice que tenga paciencia.
Yo deseo que sea mañana, que estés en mi cama y poder calmar las penas banales, recrearme en tu mirada como un náufrago,
y no con el café como desayuno.
Yo deseo tantas cosas que me pierdo, pero está claro que ya no es ego, ahora construyo para dos.
Y como no me sirven rendiciones ni lamentos,
yo que tengo cierta tendencia a apuntar hacia conciencias equivocadas, manifiesto mis intenciones en este texto, afirmando que esto  solo acaba de empezar.

sábado, 25 de agosto de 2012


Se presenta la ocasión, viene buscando carne fresca. Sabes que dos segundos de placer inaudito romperán el diamante más precioso, aquel que prometiste proteger para siempre; pero siempre es mucho tiempo.
Estallamos en un determinado momento de nuestra existencia, se cuela la tentación por los milimétricos poros de la piel hasta creer que alcanza las venas formando parte inédita de nosotros mismos. En el abismo de nuestra mente, aquello que no controlamos en la vida abstracta acabara saliendo a flote manifestándose tal y como es, o más grotesco aún.
El mecanismo vital hará que pocos segundos marquen tu destino próximo hacia un fatal desenlace, que todos esos momentos cosidos con hilo fino puedan convertirse en una enorme masa inerte de pasado dolorido, que  lo vivido quede simplemente para la experiencia. Todo tu mundo, construido fracaso a fracaso y éxitos escasos se derrumba gracias a una de esas acciones no reflexionadas en míseros instantes que quizá puedan pasar a la libreta en forma de historia demacrada, como esta.
En el impacto empiezas a creer en algo que nunca fuiste, que intentaste por todos los medios no constituir, pero sabes que la pérdida alcanza límites insospechados por lo que te dignas a justificar que somos humanos y por defecto existencial, débiles, profanos, infieles y hasta tétricos, porque cuando lo desprecias no lo pierdes y cuando lo pierdes se te escapa de las manos con nostalgia.

Pasión significa sufrimiento, pulsión y lujuria a la vez; este fenómeno hace caer muros perfectamente establecidos por el consciente, ideas que se convierten en preconcebidas por el simple hecho de haberse mantenido estables durante un lapso aceptablemente largo y al mismo tiempo es uno de los principios fundamentales para el inicio de nuevas realidades dando lugar al equilibrio natural.
Es la génesis del cambio, de la mutabilidad del individuo como persona, como una consecuencia más del mundo.

viernes, 24 de agosto de 2012

Ego luego existo


Yo siempre he sido de guitarrazos distorsionados y noches en vela;
los lunes suelo desquiciarme e intento que ese sea el comienzo de mi semana,
la música alta hasta que mis tímpanos supliquen cordura,
la ropa ancha para que me quepa toda el alma y el compás.

Yo siempre fui de inocencia predispuesta al encontronazo objetivo;
los martes me gustaba aprender del sol, eternamente cálido aunque a veces escondido,
la vida seguía tan frenética y estresante como invariable,
los ojos tan atentos al detalle que cambiaba el rumbo del día.

Yo tiendo a ser el pretérito imperfecto de mi presente, sabiendo que mis raíces son la
única fragua que el tiempo no será capaz de robarme;
los miércoles disfruto a ratos de la soledad de mis pensamientos,
la cabeza alta ante tanto desperfecto,
el orgullo medio lleno, por si acaso.

Yo siempre seré un ente incomprendido entre tanto muerto;
los jueves me pasearé por el velatorio de las utopías desterradas
para anhelar todo eso que un día viví junto a ti,
para recodar todo eso que un día soñé junto a mi.

Toda fuerza es poca porque aquí la vida son dos días de esos que nunca pasan;
no es respeto ni paciencia,
y mira, aparenta, que quien cague más duro gana,
el problema es que nunca aprendí a nadar en mierda.

Mientras, desconocida para todos menos para ella.

sábado, 18 de agosto de 2012

Revolución en los corazones



Hace tiempo que escribir se ha convertido en uno de esos placeres que nunca haces por falta de algo, quien sabe qué llega a ser "algo", tal vez me sobre empeño hacia eso que llaman futuro, hipocresía; trabajo,  ¿alienación?. Será que en el fondo he empezado el ciclo que nunca acabará, el ciclo de la vida, la responsabilidad y demás palabras que hemos asociado al bienestar de uno mismo, la ficticia autorrealización humana. 


Y de repente, cuando te quieres dar cuenta la vida se pone a tu altura y comienza a reirse de ti mientras tu consciencia inicia el intento tambaleante del que conoce el terreno y está dispuesto a sufrir el martirio que supone llegar a constituír un certero hombre recto y ocioso. Después del propósito fallido de derrumbe; aún la muy puta guarda rencor y dispone de recursos suficientes para hacértelo notar, te concede el placer de saborear la sustancia que hará que te hundas en la miseria como persona honesta, esa que mezclada con la rabia hace un perfecto caldo de cultivo para tu sepultura, esa de la que se alimentan almas sin fines propios, cegadas por el éxito que supone el alcance de un escalón mayor en la sociedad.
Y es perfectamente normal que la persona justa sienta cierta o entera repulsión hacia la sociedad actual, con todo el hambre imposible de remediar, dicen; con la contaminación y el consumo que supone la exigencia de una vida extremadamente rápida y automatizada, con las mentiras no solo nacionales sino también  mundiales que los políticos hicieron creer como dogmas de la neocultura occidental, con todos los ideales y necesidades que el mercado creó en nosotros, necesidades progresistas y desfasadas que la humanidad aceptó sin rechistar mientras los peces gordos se frotaban las manos especulando los millones públicos que atribuirían a paraísos fiscales propios; manipulando la educación, pilar esencial para las próximas y actuales generaciones que pueden continuar su formación gracias a la moneda a la cual ya no presumimos pertenecer. Todo esto forma parte del engaño, de la falacia que la Unión Europea ha creado intentando juntar fuerzas contra la sociedad más consumista del planeta, los EEUU.
Nos han usado como ratones de laboratorio vendiéndonos el desarrollo con presupuesto para lo que les beneficia, no para el estado providencia. El mundo se equivoca y mientras nos tienen muy entretenidos con pan y circo.

Muchas veces me pregunto si las quimeras tienen valor con tanto idealismo material, si un sueño necesita tantas generaciones impuestas.

domingo, 6 de mayo de 2012

Disculpad mi osadía



Ni siquiera me alcanza la memoria a recordar el primer día que tuve la sensación de verte, pero si recuerdo todos los días que vives conmigo en el ático de mi memoria, e incluso debo imaginarme tus despertares a eso de todas las medias mañanas; las tostadas, el café, porque si al contrario fuera no entendería por qué son las tres de la mañana y yo sigo escribiendo; por qué mañana serás la primera imagen que me vendrá a la cabeza.

Revivir sensaciones de sobra conocidas en manos diferentes es como despertar las sombras de un rincón oscuro ya abandonado por lo que un día fue, y dolió. Sabiendo que esta realidad es un tanto diferente, debo aceptar mi rendición innata y así pasa el tiempo, llegando el otoño, tantos días como horas, tanto otoño como Noviembre.

Sigo en mi atico recién amueblado y con un agradable olor a ti, intentando olvidar las cifras exactas y la ciencia empírica mientras el resto del mundo debe salvarme de mi locura.
Y entiendo que enfurezcas con la humanidad y vengas y me lo cuentes rompiendo mi silencio con tu risa.
Comprendo que a veces se te descoordine el alma y te obligues a seguir el ritmo universal preestablecido;que con mucho gusto me descoordines a mi al ver tus pasos, que cuente los segundos hasta que estés muy cerca, tanto que confunda tus labios con los míos, porque eres una de esas casualidades que pasan de repente, sin avisar, como pasan los segundos en una tarde soleada, como si fuera primavera todo el año.

Haces que me alimente a base de imaginarte, que muera en las lineas de tus manos y resucite con las curvas de tu pelo, y que no digan que no he perdido ya la cabeza por tus besos, ya no solo la cabeza sino el sentido completo, el estable equilibrio que me mantiene se marchó con tu existencia.

Te llevo dentro, tan dentro como uno de esos ideales maniáticos que se cogen de por vida o como una
realidad interminable que alimento cada día con mi alma. No lo entienden, necios aquellos que no saben apreciar una de tus miradas o la manera en que mueves la cuchara en la taza del chocolate, como si te fueras a beber todo el mundo de una.

Yo, que siempre me ha faltado el aire y que me atraganto cuando me sobra el oxígeno, que sufro de asma
autogestionada si no te tengo cerca y te huelo, que enfermo de fragilidad en épocas alérgenas; a mi,  que me faltan días para enseñarte todo el universo, que no vivo si no muero dos veces por segundo.
Yo que siempre negué que no volvería atrás en ningún momento, que acepté que lo de caer al vacío era cosa de achaques temporales sin dueño, veo como me tiembla la vida cuando una de esas embestidas escuece en el pecho y comienza a arder quemándome las ideas a largo plazo, justo cuando salgo de tu gravitación. Sin embargo, tan solo con uno de sus besos se me mueren las maneras, todas esas de negativismo y autodestrucción catastrofista, y comienza a sembrar en mi vidrioso presente una melodía que acompaña a mi deseo, que debe ser el espejismo de tu cuerpo en mi cama o quizás...quien sabe, la noción de que el mundo se ve mejor desde tus caderas.

Me caen mal los días sin ti, consumen la poca consciencia humana que queda en mis venas.
Cada segundo que pasa siento el infierno que hace que al final del día calcule mi epitafio. Mi espacio se reduce al horizonte de tus pupilas y en un instante comprendo las ganas de seguir viviendo con toda el alma a cuestas, a pesar de que mi bipolaridad inducida pueda descoordinar las evidencias.

Más de un millón de segundos que me hacen persona.
Disculpa mi osadía.

miércoles, 2 de mayo de 2012

domingo, 25 de marzo de 2012

Divergente


Las cuatro paredes de esta habitación han visto pasar medio cuarto de mi vida y nunca rechistaron ante la aceptación absoluta de esos imposibles imprecisos que debemos tener presentes día a día para poder sobrevivir, nunca antepusieron un no ante la realidad, porque subjetivamente todo suele ser modificado según el gusto del consumidor; exigente y delicado en sus peticiones.
Muros; que encieran ideas y desgastan el alma, me someten a una presión constante de pensamientos poco necesarios en la vida practica y racional, aunque discretamente utilizados en eso que solemos llamar fantasía. Muros de contención que presenciaron cometer delitos imperdonables a la luz de mi sinrazón, asustados por la esfervescencia del alma impura que desea con enemistad y avaricia la muerte del éxito para coronarse en lo más alto de las miserias humanas. Paredes a punto de romperse que en un arrebato de consciencia suelen mostrar al mundo el último resquicio de locura que les queda.
Grietas como amargas verdades cada día aumentan prediciendo el desastre, delimitan la existencia de cuerpo presente de la ausencia total o muerte patológica que un día el medico decidió diagnosticar, mirando como si fuera capaz de comprender e incluso identificarse con mi infortunio. Quizás solo me dio el pésame, pero su delicada y erudita expresión no me dejó ver mas allá del objetivo concreto: una medicación que me permitiría dejar de ser yo, aminorando los procesos abstractos, permitiéndome así una vida maquinaria cuya creencia de felicidad funde en mí la vida.