jueves, 27 de octubre de 2011

Pena de muerte


Me confieso culpable, me entrego a la ley, al delito y al olvido de este crimen que cometí en un acto consciente de locura. Esta maldición me persigue, la culpabilidad me mata, merezco cárcel por acto tan impune, mientras no creo que aquel rastro dejara palabras abstractas para complacer tus exigentes oídos, corazón.
Me declaro responsable de todos los actos cometidos, de todas las acciones malintencionadas. Soy causante con delito de este homicidio sin pies ni cabeza, del asesinato premeditado de tu mundo porque yo maté al sentimiento o tal vez me fue matando a mí.
Ahora solo queda un cadáver, mi cara de desconcierto, las manos encharcadas de sangre a traición y el cuarto lleno de luz iluminado por la nueva vida, por el renacer.
Consciencia llama a la puerta.Ding-Dong. Se le ve inquieta, dice que algún día me arrepentiré, que el cruce de cables no es tan exacto como yo lo pienso y me mira con cara de inseguridad, como si yo fuera capaz de controlar la situación. Ve el cadáver, yo le sigo la mirada y pienso que resulta extraño el hecho de contemplarte en el suelo cuando tú eras mi primer motor de vida, sentimiento incontrolable que se apagó al caer la noche, merecía venganza pero no rendición. Por aquel entonces, mirarte a los ojos fue mi mayor acierto, enfrentarme a ti el siguiente y mi gran error quererte demasiado. Llegué a pensar que todo vuelve, pero así es la vida, perdí los papeles de nuestro compromiso y cínico de mi mismo dejé al lado de tus restos una nota que me recordaría cada vez que pasara por allí el gran fallo que tuve, intentar ser el todo siendo solo una mínima parte, aquella nota decía: "no es una tragedia, es un crimen".

sábado, 22 de octubre de 2011

Por menos vendí mi alma

Desapareciste un día de mi vida, sin más, sin explicaciones, te fuiste, felicidad, por la puerta grande sin decir adiós. Te marchaste esa mañana soleada por el parque, rápido, sin dolor aparente. Y ahora duele tenerte a ratos, compartida. Pero no me olvido, te intento, paseándome por este mundo pensando que puedo, que te tengo, que una vez que te coja ya no te irás, que me recompensarás con momentos sin compás alguno. Y sigo soñando,así...soñando se consiguen las miserias humanas.


Uno es uno mismo, dos son mismamente


Algún día llegará, alomejor algún día nunca llega
en el que, mientras juegas con la cuchara en la taza, mientras te pierdes en mi mirada, te des cuenta y el café te sepa amargo.
Algún día está llegando, algún día llega, en el que veas tu alma quieta y te des cuenta.
Pero algún día no suele llegar, algún día nunca llega.
Algún día perdido ganarás locura y perderás tristeza, en el que te enfades con el mundo y me mientas.
Algún día podrás ver el mundo con ojos cuerdos y te darás cuenta.
Que no puedes resistirte, que seas libre.

Cuestión de tiempo

Solo dos segundos,
para verte,
para disfrutar,
¡dame solo dos!,
dos segundos para sentirte,
para entrar en ti
dos segundos eternos
para comer de tu alma,
para amarte,
solo dos movimientos contínuos del reloj para vivir.

sábado, 15 de octubre de 2011

Rutinaria vida dinámica

Veces y veces que no has entendido al mundo,
veces que simplemente has llorado,
veces que te has hecho el fuerte,
veces que has abrazado,
veces que te has rendido,
veces que lo has intentado,
veces que te caiste,
veces que estás ausente,
veces que no estás y veces que nada eres.
Veces que te dejaron,
veces que te dolió,
veces que has dejado y otras cuantas no tanto dejaste.
Veces que perdiste,
veces que te llovió encima,
veces que te apuñalaron,
veces que sangraste...

Love was such an easy game to play


Mirando al pasado temo al presente y llego tarde al tiempo contínuo de tus sentimientos, me resultan complicados, no puedo comprender el por qué de tanto alambre.
Pero qué más da el tiempo, si tu palabra favorita es descoordinado, y se está mucho mejor si disfruto del aire de tus sueños, pero el momento, preciso instante en el cual te enfadas con el mundo y prefieres una de los Beatles a toda la caótica polución se pueden ver océanos en tus ojos, musa impredecible, de largos sentidos y cortos pasajes. Puedo ver pájaros en tu piel e infinitas heridas en tu corazón, más no resisto a la invitación de una noche más a tu lado, porque estar contigo es estar en el universo más preciso nunca hallado...

El deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe


Ella se queja, alardea como descontenta con el mundo, pero lo que no sabe es que me moriría por estar todos los días a su lado, que no sería casualidad si su vida y la mía se juntan a mitad de camino, no lo sería, llevo pensándola desde que me dio dos besos y me dijo su nombre.
Y solo si la vida permite le hablaré en algún momento de este asunto oculto, mientras tanto, quien calla, otorga aunque esperar duela. Aunque esta noche te haya soñado otra vez.

Híbridos tecnológicos


Placeres mundanos están aquí para muchos aunque no tantos pueden controlar el deseo de entregarse a ellos como alma inservible y perdida por el mundo.
El individuo social en conjunto percibe la vida llena de tentaciones, más yo sé que la vida no lo es tanto y cometo el intento fallido de demostrarlo conmigo. La vida es mucho más que autómatas urbanos intentando buscarse a sí mismos o siguiendo una agenda en la que no caben pausas ni puestas de Sol...
Mientras observo la ciudad desde este café de antaño es a la única conclusión a la que llego hace ya bastante tiempo, y en uno de tantos intentos encontraré a quien me lleve lejos, tan lejos que ni exista; y quien no sea capaz ni de levantarme los pies del suelo.
Al fin y al cabo es a lo que estamos expuestos.
¿querías vivir, no?
Esto es vida.

Solo con el tiempo



Con el tiempo aprendí a aprenderte, que tanto he estudiado sobre tu piel que me sé tu color de memoria y podría recitar en verso tus caderas que matan con solo verlas, tus manos o incluso tus labios. Me sé el número de tus lunares, diecinueve, y las veces que te ocultas, me sé toda tu geografía y vivo en tu país.Pero ni yo soy mucho ni tú lo eres tanto, y sin que sirva de precedente prefiero soñarte, curada de espanto, a la sombra de un ciprés.




Diario de un lunático enamorado

Me culpas de las alturas de nuestro amor cuando yo solo he intentado llevarte a lo más alto, y predicas sin miedo que soy quien tiene tus mañanas, tus sueños e incluso tu cuerpo; te atreves a decir que somos grandes, como una estrella en el universo, concretas un futuro ideal y hasta puedes predecir que me apetece un helado raro, comprendes que desde el cielo no sé ve todo el mundo y que tendrás que acercarte para entenderlo, sabes que un eclipse no es solo una coincidencia sino coordinación natural y que los pájaros no emigran solo porque cambie el tiempo, sabes mucho más que mi libertad, y yo ya me he apuntado a este curso intensivo, me he comprado todos los libros de tu editorial y puedo repetir palabra por palabra la lección de hoy y la de mañana.
Lo nuestro coordina en género y número, es una frase precisa que no aspira a ser exacta ya que no es coincidencia, solo coordinación natural.



Nº 38

Llueve, son las 6 de la tarde, uno de esos días en los que solo un loco saldría a la calle. Te veo, tú pasas rápido, sencilla e inminente.Yo me escondo en un portal, agazapado, te miro entre la lluvia... Nunca me concedes una mirada pero yo sigo ahí, mojándome.En un preciso instante, décima de segundo, tus ojos hacen un amago y se cruzan con los míos, por un momento creo tenerte, pero veo como te alejas calle abajo, no quieres problemas, lo admití hace mucho tiempo. Me duele el saber que no hace más de un mes cogías mi mano y me prometías el mundo, afirmando una melodía armónica que tapaba mis oídos con dulces cantos y palabras vacías. Me duele al pensar que yo te di mis peores pesadillas y mis mejores sueños, para que luego los tiraras por el suelo y despreciaras tanto esfuerzo puesto en una historia con final premeditado. Me duele la forma que tenías de besarme porque mi último suspiro de vida se iba con tus pasos. Y a veces la coincidencia me hace recordar aquellos besos suaves y largos, luego me dabas uno más tímido y callado como si fuera tu firma personal. Tantas veces escribiste en mí que no hay forma de borrar esas mentiras de mi piel, parecen estar perfectamente talladas a fuego lento.
Giro la cabeza, te alejas, casi no te veo...y ahora ya no dueles, amor, doblas la esquina, desapareces entre la lluvia...pero mi vida ya no se va contigo.


viernes, 14 de octubre de 2011

Yo y mi otro yo juntos

Aquellos días reíste hasta más no poder, te sentiste mal para ser quien eres, amaste más de lo explicable a esa persona entre personas, esquivaste tus miedos, saltaste muros imposibles e incluso llegaste a sentir la primavera como si de tu cuerpo se tratase, te volviste sensible e insoportable, las tardes de lluvia te deprimían e intentabas distraerte con tonterías, recuerdo que los suspensos no te gustaban nada y te hacían llorar, recuerdo que el mejor de tus deportes era amar, recuerdo que las palabras te hacían daño y acabaste por morir poco a poco, recuerdo que tu rostro se tiñó de desesperanza y desolación mientras la gente se peleaba sin sentido
y tú intentabas ver cómo el cielo tendía a un color claramente gris, empezaste a tener miedo por si ese cielo algún día caería por su propio peso.
Recuerdo que las tardes a solas sabían a café con mucho azúcar y a ojeras de esfuerzo y estrés, necesitabas salir, yo lo sabía, la ciudad y la rutina acababan por hacerte sentir una más y eso no tenía nada en especial.
Recuerdo que dejaste de sentir los pequeños placeres y los cambiaste por angustia y un dolor en el estómago.
Recuerdo tantas cosas que ni soy capaz de saber cómo era yo por aquel entonces, pero tú solo fuiste una época, un tiempo, un número, solo fuiste parte de mi vida unos cuantos años y ahora ya prefiero no acordarme de tus ojos.
Sin embargo recuerdo acordarme de ti todos los días, preguntarme dónde estarás, qué habrá sido de las horas de soledad y los días de lluvia, de los paseos por el parque y las risas en la estación.
Recuerdo que eres parte de mi vida, un simple acontecimiento, y aún hoy no entiendo por qué te pienso, si fuiste solo eso:
mi vida.