sábado, 15 de octubre de 2011

Solo con el tiempo



Con el tiempo aprendí a aprenderte, que tanto he estudiado sobre tu piel que me sé tu color de memoria y podría recitar en verso tus caderas que matan con solo verlas, tus manos o incluso tus labios. Me sé el número de tus lunares, diecinueve, y las veces que te ocultas, me sé toda tu geografía y vivo en tu país.Pero ni yo soy mucho ni tú lo eres tanto, y sin que sirva de precedente prefiero soñarte, curada de espanto, a la sombra de un ciprés.




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